Pues como si de una obra de teatro se
tratase, aquí tenemos a los personajes de esta película. Cada cual en su papel
y desarrollando el rol asignado, hacen que la historia crezca con cada
temporada de pedal. Aquí no hay protagonistas, tampoco secundarios ni es un
reparto cerrado. Cualquiera está invitado a pertenecer a esta historia inabarcable
con muchos antecedentes irrecuperables, pero con devenir imprevisto lleno de
sensaciones y buenos momentos. Señores, pasen y vean. La función va a comenzar.
Borja
Sólo
hay que ver sus gemelos para saber que es el miembro más fuerte del club. No es
explosivo aunque tiene fuerza para serlo. No se complica en las rutas, aunque
más de uno le hemos visto despeñarse por caminos donde las cabras dicen: “mejor
por aquí no”. Pone cordura frente a los desatinos de planificación de
otros miembros y de haber avería, con mirar con cara de sospecha a la bici la
cosa se soluciona. Pero sin duda el terreno donde mejor se desenvuelve no es en
sendas que piquen hacia arriba ni en trialeras técnicas de yelmo, cota y
espaldar. No, su terreno no es otro que entre cacerolas, sartenes y cuchillos y
es que aquí donde le veis con tanto músculo por todos los sitios y pose de
bombero torero es un amante del buen guisar o lo que comúnmente se conoce como
“un
cocinillas”. Ojo, eso no significa que cocine bien, desde luego que no,
pero es resultón y sobre todo es el único que llega entero de la ruta. Así, mientras el
resto tratamos de recuperar el aliento, él ya está dispuesto para la juliana.
Miembro destacado del club, nuestro
particular GPS y referente en salud y bienestar para el grupo (de un tiempo a
esta parte se ha vuelto loco y después de la comilona de turno se pide un licor
de manzana cuando antes el poleo menta campaba a sus anchas. ¡Loco, loco se nos
ha vuelto!
Posición: Tête
de la Course
Jimmy
Quizá el miembro con más fuerza de
espíritu, no tanta en las piernas. El resto de ciclistas se echarán las manos a
la cabeza al leer semejante afirmación, pero es así. Jimmy es el ciclista con el coco
más fuerte del grupo, sino ¿cómo se explica que siga viniendo a las
quedadas cuando se retuerce tanto cuesta arriba? Ya le puedes ver dando
chepazos de desesperación, con el casco más gorra de chulapo que elemento
protector de tanto cabeceo aquí y allá, que hasta que no supera la cuesta no
pone pie a tierra. Incluso cuando el otro miembro ramplón del esfuerzo decide
bajar, él aguanta a pesar de que ambos, caminante y ciclista, van a la par.
Destacar que es miembro imprescindible
del grupo porque obliga a humanizar las rutas propuestas por los pulmones,
porque siempre está dispuesto a alargar las mesas sobre horas de charla y licor
y porque en los viajes anuales otorga el mismo valor a la ruta ciclista
mañanera que a la merienda/cena de “todo lo que pongas, todo me lo como”.
En definitiva un hombre reinventado, un hombre reinventándose, un
gran hombre sin más.
Posición: Arrière
du Peloton
Fali
Complicado encuadrar a este miembro
en un determinado grupo dentro del Club. Nunca ha sido Tête de la Course porque
aunque tiene buena genética, la vida familiar no perdona y las piernas no son
las mismas. Tampoco es Arrière du Peloton porque cuando se retrasa hasta esta
posición es para hacer fotos y no por falta de pulmón. Tampoco es Peloton
porque hay días que bien y otros que mal. Así que digamos que está en todos los
grupos y a la vez en ninguno.

Lo que sí es una evidencia es que es nuestra
particular asistencia en carretera y el reporterismo gráfico personificado. Si
te caes lleva algo para curar la herida y de paso hace una foto. Si pinchas una rueda, ahí está para ayudar y de paso hace otra foto. Si el camino se atraganta sólo tienes que levantar la vista para
ver un puntito a lo lejos que será la referencia necesaria para salvar la
cuesta. Acercándote sabrás que ese punto no es otro que Fali cámara en mano
dispuesto a inmortalizar el sufrimiento. Sonrisa falsa, gesto de victoria con
la mano y de nuevo cabizbajo y a sufrir. Es el ciclista más equilibrado porque
no despunta en físico pero va bien. Su cabeza también bien, equilibrada porque asume
su lugar en el pelotón sin complejos. Ciclista centrado más en el disfrute que en el objetivo, desde luego hacia donde tendemos todos y sino tiempo al tiempo.
Posición: Peloton
Marta
Por méritos propios nuestra única
miembro se ha convertido en una especialista del “derramaje”. No no, esto
no significa que tenga potencial para romper el ritmo a lo Pantani o Chava, de
hecho su estilo es completamente diferente, más cercano al ciclista diésel. Su
apodo le viene dado porque a la “muchacha” en uno de nuestros viajes
le dio por ser innovadora y abrir nuevos senderos por los que transitar. Optó
por explorar allí donde había ramas y maleza; árboles, arbustos y
pinchos por doquier. Está bien, no pasa nada. Los espíritus emprendedores
siempre son bien recibidos en el Club Ciclista. El problema viene cuando lo haces dando vueltas de campana y con la bici persiguiéndote por
detrás. Nos puso el corazón en el bidón y el agua se nos atragantó al ver que
en un camino sin exigencia cayó ladera abajo con tan buena suerte que las ramas
frenaron la caída unos metros más abajo. Nuestro bombero al rescate y fin del
susto.
Fuera del anecdotario es una
ciclista amante del deporte, de la aventura sin más y por qué no, del buen
comer (cuenta las calorías, por eso luce el tipín que luce). Pertenece al “Arrière du Peloton” sin dudarlo por
mucho que ella lo niegue. En físico menos porque suele pedalear en la zona
media y a ritmo. Pero de espíritu, lo que se dice de espíritu, es “Arrière du Peloton” de todas todas: si hace frío de
repente está mala, si hace calor entonces se encuentra “así así”, si la etapa es "durilla", seguro habrá pasado mala noche.
Al final siempre termina uniéndose a la ruta pero cuando no se le encuentra sentido al
sufrimiento por el sufrimiento, entonces perteneces al Arrière, y ella es
miembro de pleno derecho.
Posición: Pelotón
Guate

Es el más ciclista de todos sentado
en una silla. Cuando se toma una cerveza sube los puertos como si no llevase
cadena. Sabe de todo pero practica de menos. En definitiva, un ciclista típico
de sofá e internet. Pertenece al “Arrière
du Peloton” sin dudarlo y se encuentra cómodo en esa posición. Critica a
los que van sobrados y no duda en aprovechar un mal día de cualquiera para
hundirle más en el sufrimiento. La técnica para conseguirlo es sencilla:
colocarse al lado del que sufre, jadear como si fueras al límite, comentar al
otro que hoy está siendo duro, preguntarle con extrañeza ¿qué es eso que suena?
y cuando te responda que él no escucha nada, bajar la cadena un piñón con su
característico “clac” y acelerar.
Txele ha sucumbido al pique y llenándose de amor propio le alcanzó en un
repecho cuando no daba más. Marta hizo trampas en la Pedriza al prevenirle que
lo peor estaba por llegar y se hundió. Con Paco disfrutó en la ruta de Patones
al ver como no podía y él le marcaba el ritmo… a Paco, lo nunca visto. Con
Borja lo ha intentado, pero ahí está él para desenganchar un pie mientras te
dice: ¡Vamos Guate, aquí deberías poder
con una sola pierna!
Ciclista glotón en todos los
sentidos, siempre dispuesto a llenar su cabeza con imágenes que perduren porque
al final siempre te dan la razón.
Posición: Arrière
du Peloton
Txele
Es un ciclista equilibrado. No baja
bien, pero tampoco mal. No sube bien, pero tampoco mal. Su estilo no es clásico
ni contemporáneo, digamos que no está depurado: se levanta en las cuestas para
sentarse al tercer golpe de pedal y no por falta de físico. Baja con más cara
de velocidad que velocidad propiamente dicha y si a todo esto sumamos que su
bici ya estaba en los escaparates cuando Induráin ganó su primer Tour, la
imagen que termina proyectando es un tanto paleolítica. Acaba de adquirir una
equipación del extinto Euskaltel y la cosa ha mejorado algo, pero tampoco mucho
y es que ¿qué se puede esperar de alguien que acude a una ruta con un
casco-obsequio de una revista de btt noventera? Pues eso…
Pero no me quemo si digo que es
imprescindible en cualquier ruta que se plantee. En primer lugar porque al
pedalear alejado de la “Tête de la Course”
pero sin perderles de vista, los “Arrière
du Peloton” jamás pierden contacto visual con el grupo por lo que nunca hay
extravíos. También es un miembro que pelea sin parar… Pelea para que el
camarero… “echa un poco más de ron, piratilla…”, pelea para que… “disculpa:
¿a qué saben las patatas bravas? Es que el sabor de los cacahuetes ya me
lo sé”, pelea para que… “Pero
chica, ¿te vas a ir ya? Estaba a punto de decirte tres tonterías…”.
Promete adquirir una nueva máquina
que acerque las distancias. Por supuesto el “Arrière du Peloton” teme ese día. Y es que de un agradable pedalear
sabiendo que se va por el camino correcto…
Posición:
Peloton
Es el miembro más obsesivo del
pelotón, obsesiones de todos los tipos: de las buenas y de las malas. Es el
veterano del grupo y como tal presume de ello cuando baja de la bici y la
memoria viene a visitarle. El único "pero" es que encima de ella pretende ser el más joven y
además no escatima en demostrarlo. Perfecto, está bien... ¿Donde está el
problema? Pues que los miembros más fuertes no superan la cuarentena y por mucha
fuerza mental que se tenga el cuerpo es el cuerpo y el músculo es el músculo. A
pesar de todo es alguien que poco a poco comienza a relativizar la vida y es que no
hay nada más efectivo que juntarse con ciclistas que comienzan la jornada con
algo de pereza, que alcanzan su cima de rendimiento cuando paran a tomar la
barrita y que al reanudar la marcha siempre preguntan al ala dura del club: “¿¡Papa,
cuándo llegamos!?”
Es el ciclista creativo del grupo,
el que ha diseñado nuestras equipaciones y el que siempre estará para dar más
pedales y pedales.
Posición: Peloton
Paco
Desde luego es nuestro miembro
sorpresa. Al verle piensas: ¿¡dónde va éste con un cullote tan dado de sí que
parece el calzoncillo de un casado de larga duración!? Mira que hay ciclistas
que se depilan las piernas para parecer lo que no son, pero ¿por qué él quiere
parecer tan poco? Estamos convencidos que si le quitamos el maillot y le
ponemos una camiseta de algodón con el naranjito, perfectamente puede pasar por
un Pajares en los 80 pedaleando en busca de nórdicas por los senderos mediterráneos.
“¡Ay
madre mía, qué altas y qué rubias todas! ¡Mira cuántas piernas juntas a la
vez…!” En fin…
Pero nada más lejos de la realidad.
Desde fuera puede parecer una cosa, pero desde dentro es otra completamente
distinta y es que es un portento físico. Su cuerpo está preparado para soportar
las rampas más duras, las temperaturas más extremas, los senderos más
complicados… Eso sí, siempre hacia arriba porque para abajo, lo que se dice “para
abajo”… no es buenillo el chaval. En cualquier terreno quebrado él dice
¡uf!, si la senda es revirada él murmura ¡ays! Si alguien le pide paso y de tan
concentrado no puede apartarse, él grita ¡eei! Su postura anticipa un golpe que
nunca llega. De hecho lleva los ojillos medio cerrados no porque le moleste el
viento sino porque de haber caída, la cara ya la tiene preparada. Un miembro
indispensable por su gusto por el paisaje, por su buen comer y porque jamás
dirá que no a unas copillas nocturnas en cualquier pueblo de montaña.
Posición: Tête
de la Course