miércoles, 6 de agosto de 2014

POLIÉDRICOS

Crónica de la primera L´Eroica Ciclista Bebetera

            
               ¿Por dónde vais? ¿Por qué no contestáis a los what´s? Vamos en el tren. Ya imagino, pero ¿en qué tren? Pues en el de Coslada. Pero aquí en Chamartín no anuncian trenes de Coslada. ¿Cuál es el tren de Coslada? Pues no sé, uno que hemos cogido en Coslada. Ya, pero Coslada no es fin de nada, de hecho es el paso de todo. ¿He llegado con una hora de antelación y ahora voy a tener que correr para coger el tren? ¡Manda cojones! ¿Por qué vía estáis entrando? Pues no sé, por una de en medio. ¿por cuál de las diez vías de en medio?

            ¿Llevo todo? A ver… He cogido la mochila del armario y he metido una cámara y un kit de reparación de pinchazos por si acaso. Espera espera, vamos a hacerlo bien. ¿Cámara?: una fija y otra de repuesto. ¿Kit de reparación de pinchazos?: uno por si acaso. ¿Kit para el kit de reparación de pinchazos?: uno por si por si acaso. ¿Destornillador de estrella?: uno, lo mismo tengo que reparar un tendido eléctrico en Cercedilla. ¿Agua?: tres litros que la “camel” da para eso y más.

            Ya he leído los titulares y encabezados del periódico, la programación de la tele, la sección de cultura y la política exterior. Los horóscopos, el sudoku e isobaras de aquí y de allá. ¿Cuánto falta para llegar? ¡Qué tortura el trayecto hasta Cercedilla! Holanda contra España ya repasado, la dureza de la ruta ya analizada, el calor que no termina de llegar ya reseña… ¡GILIPOLLAS! No tendrá puertas para entrar al tren y tiene que elegir la única donde están apoyadas las bicis. Disculpe, ¿podría entrar por la otra puerta? Estas bicis no pueden estar aquí, y de paso me enseñáis vuestros billetes. No le puedo enseñar los billetes porque como suelte la bici le caen encima sin contemplación. Ya, pero tienen que colocarlas en otro sitio y enseñarme los billetes. Ya, pero es que si suelto la bici le entierro en una montaña de hierro y ruedas. ¿Es una amenaza? No es una amenaza, son hierros y ruedas.





         Madre mía ¿dónde me he metido? ¿Por qué me engañan para ser el guía de ciclistas a los que les deberían prohibir aventurarse fuera del carril bici? Sé que hoy no veré a mi querido cuádriceps uniéndose a mi sensual vasto interno. Ni hablar de mi gemelo abrazado al tibial posterior. Sé, mal que me pese, que hoy descarto divisar a mi sartorio palpitar bajo mi piel. De acuerdo, lo acepto. Es un placer del que me privo por acompañarles. Pero no, ni en el peor de mis sueños me imagino buscando cada dos por tres la sombra de un árbol para esperar a esos que no son exigentes con sus cuerpos. No me doblegaré a comer una barrita cuando no toca, ni a perder la concentración ante comentarios jocosos sobre las calorías que comeremos al llegar a Segovia. Por ahí no paso.  Sóleo, sóleo, ¿por qué me has abandonado? 

            A ver, ventajas de comprar una nueva bici: 1.- Tendré amortiguador delantero con el que conseguiré que mis brazos no se parezcan a los de Michael J. Fox bebiendo un “whisky on the rocks”. 2.- 30 marchas con las que podré hacer el molinillo cuando ya no pueda más y así Guate no me reventará. 3.- Jubilaré definitivamente el color moco verde de mi bici. Creo son motivos suficientes para invertir ahora. Quizá no sepa que haré mañana, si estaré en Canadá o en Lituania. Espera espera, ¿qué pinto yo allí? En Canadá hace frío y en Lituania no sé. En Canadá la gente es fría, en Lituania no sé. Aquí alubias allí salmón. Allí beef aquí jamón. Nada nada, yo de Madrid al Cielo. Guate, ¿cuánto puede costar una bici más o menos normalita? No sé Txele, mínimo 700 euros. Gracias Guatino… La verdad es que frío frío no hace en Canadá, quizá frescor. Algo bueno es que es un país verde, tan verde como mi Kona Lava Dome color Moco Acatarrado. ¿La gente fría?... Depende, y si lo son ya estoy yo para calentarlos. Que sueñito más tonto me está entrando… Mierda de lycras, no dejan nada a la imaginación.




           Hoy no es mi día. Lo noto. No he dormido bien, como muchos fritos, me encuentro cansado. Hoy no es mi día. Ya no soy el que era, desde luego que no. Ya no nado y así no hay quién monte en bici. Me mantengo delgado pero como muchos fritos y ya no nado nada. ¿Llevo bien infladas las ruedas? No sé, voy a ver. Es importante llevar bien infladas las ruedas. Bien, las tengo bien. Voy a comprobar todas las ruedas de las bicis. Si no comiese tantos fritos y sí más verdura seguro que rendiría más en el deporte. Porque antes yo era bueno. He corrido mucho, he hecho mucho deporte, desde siempre, pero ahora con la comida que como. No sé yo si estoy bien. Txele, llevas flojas las ruedas. Te las inflo. No, da igual, déjalo. No, coño que te las inflo. A ver, espera que lleguemos que se van a caer todas las bicis. Si no tardo nada. Tampoco es tan difícil hacerse unas verduras, o un plato de pasta. Es que los fritos me están matando y yo antes era un buen deportista. ¡Toro, las bicis, que las tiras! Pero claro, con la comida que como y encima no nado nada…


          Guate, ¿no me dijiste que íbamos a comer en un restaurante barato? Me he metido en la web y parece que nos van a atizar pero bien. Guate, yo sólo traigo 50 euros y no pago más. Que sí, que me han dicho que 20 euros por persona con asado. Guate, que he visto la web y parece caro, que 20 euros no te cobran ni en un Foster. Vamos a ver, yo creo que tampoco serán 20 euros, como mucho 30 o así. Guate, no pago más de 50 euros, avisado quedas. Vale, estoy avisado. Oye, ¿es muy dura la primera rampa? No, ocho minutitos de sufrimiento como mucho. ¿Tus ocho minutitos son como mis 30 euros, no? Sí, parecido.



            La verdad es que la etapa ha comenzado fuerte. Ha sido bajar del tren y empezar a subir. No encuentro una postura cómoda. El sillín se me está clavando. Esto no pinta bien. Siento como si me tirasen hacia abajo de los hombros. Voy a beber agua para refrescarme. Bueno, mejor no. Hay que guardarla por si hace falta más adelante. Tenía que haber metido una botella más. Como me quede corto, veremos…

            
                 A Toro le he reventado subiendo el puerto y a Txele le tengo a tiro. Vale, me voy a poner detrás y cuando suavice un poco la cuesta le hago una pasada y le dejo clavado. Vale, vale, tranquilo Guate, queda mucho puerto y te lo conoces. Sabes cuándo apretar y descolgarle. Venga, ponte a su lado, que vea que vas bien. Haz unos metros así. Guate, ¿Y Toro? Se ha quedado. ¡Vaya! Es que es duro el puerto... ¡Ahora, ya, aprieta fuerte! Vamos vamos que se está quedando. ¡Venga Txele, descuélgate, vas fundido! ¡Qué cabrón, cómo se agarra a mi rueda! Venga, más fuerte, más fuerte. ¡Pedalea sin mirar atrás! Tiene que reventar... Espera espera, ¿qué he escuchado? No, no puede ser. Me estoy equivocando ¿Lo he escuchado bien? Sí, claro que sí. Espera, asegúrate antes de cantar victoria. ¿El qué, Txele? “Joder, que vas dopado”. ¡Ay Txelito! que eres un paquete…

Mira qué curioso. Siento como chispas en el pene, que sensación más extraña. Es como si no tuviera nada y sólo supiese que está ahí por algún chispazo aislado. Bueno, es graciosa la sensación. ¿Será por la mochila? Nunca me había sucedido. La verdad es que voy fundido. Uf, los chispazos ya no son tan agradables. Ahora se parecen más a calambres. ¡Ay! Me voy a poner de pie a ver si se me pasa. ¡Ay, ay!  La tengo dormida, más que un suave despertar parece más una reanimación por electroshock. ¡Ay! Estoy reventado ¡Ay! Mierda de fritos…




            











     Chavales, lo duro ha pasado. Ahora sólo queda la bajada y listo. La bajada no la conozco, pero parece que hay alguna piedra suelta, así que con cuidado. Vamos parando por el camino para reagruparnos ¿de acuerdo? Txele, tómatelo con calma con esa bici.



¿Qué pinto en Canadá? ¿Qué se come en Canadá? ¿Hay algo aparte de osos y alces? De Madrid al cielo… Guate, ¿qué bici me recomendaste?

Acabo de ver un Ferrari en la puerta del restaurante y tías jóvenes y guapas con viejos pellejos. Yo sólo traigo 50€, ¿lo sabes, no?

            ¿Qué va a ser? Asado, champi y alubias para empezar. ¿Agua? No, gracias. Hemos traído. Toro, ¿nos sirves?



                      
                                                    Epílogo
                    
       
            Arranque de los Premios Bebeteros 2014

            Las caras en el tren de vuelta a Madrid ayudaron a determinar quiénes serían los premiados en los recién estrenados Premios Bebeteros 2014. Estos premios se otorgarán al finalizar cada jornada bebetera y por supuesto son totalmente subjetivos. Ha sido complicado determinar quiénes serían los afortunados para uno u otro premio, y a pesar de que varios miembros competían por el mismo galardón, la jornada puso a cada uno en su lugar despejando dudas. Los premios quedan de la siguiente manera:

          
       Premio Torreznillo 
   Premio que hace referencia a los torreznillos que Txele exigió de tapa y que nunca vió a pesar de su insistencia. Se otorgará a aquellos con buenas piernas en la jornada y que llegan antes a la cerveza y a la consiguiente tapa que en este día en concreto nunca catamos.

     Premio Torreznillo para Bebetero Borja por su labor de guía casi casi espiritual, por conseguir una jornada sin incidentes y calculada al milímetro.

           

Premio Pou Pou
            Premio que toma su nombre del mítico ciclista francés Raymond Poulidor, famoso por ser el eterno segundón en el Tour de Francia y al que cariñosamente se le conocía por el apodo de POU POU.

      Premio Pou Pou para Bebetero Txele por querer y no poder, destronado de su eterna tercera posición tuvo que doblegarse a lo que ese día fue una realidad: que no está bien y sobre todo que es muy difícil que lo vuelva a estar. Para la memoria colectiva quedará la sacada de punto que le provocó Bebetero Guate subiendo el Puerto de la Fuenfría. ¡Guate, vas dopado! ¡Ay, qué grande!



          
             Premio 22 - 34
            O lo que viene siendo “El molinillo veloz”. El nombre de este premio hace referencia al engranaje máximo a baja velocidad del que habitualmente se dispone y al que recurrimos todos cuando ya no hay piernas. Bebetero Toro afirma que su ya famosa pájara estuvo provocada porque no se encontraba bien, porque no había desayunado, por falta de sueño... El resto de Bebeteros insistimos que tiene que aclararse si quiere ser un ciclista o un sherpa de altura. Sus famosos 3 litros de agua de los que no bebió pero que porteó por toda la ruta le hundieron no sólo en el sillín con la correspondiente queja de su zona privada, sino también a la tierra de los caminos haciéndole que un paseo sin complicaciones le pareciese una travesía por el desierto. Este premio designa al peor de la jornada, al más apajarado, al que pide constantemente la hora, al del irremediable “¿falta mucho?”

      Premio 22 - 34 para Bebetero Toro por no saber que el agua está para beberla y no para cargarla. Para que los pinchazos “allá” le hagan ver de una vez la realidad que no es otra que cuando se va reventado se usa el plato pequeño y no pasa nada de nada.



            Premio Mister 60
            Este premio por supuesto no se otorga al madurito más interesante ni tiene cabezas coronadas ni desfiles en traje de baño por Marina D´Or. Mister 60 no era otro que el gran Bjarne Riis y así se le conocía en el pelotón por su porcentaje de hematocrito. Con un 60% fue el más fuerte subiendo puertos y la gran sorpresa de ese Tour del 96 al vencer por primera vez a Miguel Indurain. En nuestro club este premio lo recibe ese miembro sorpresa de la jornada, el que parecía que no pero luego fue que sí, el que deja atrás a sus rivales directos o el que marca un ritmo frenético para sorpresa del resto.

Premio Mister 60 a Bebetero Guate porque, a pesar de que en algunos momentos sufrió como todos, la trepada al Puerto de la Fuenfría reventando a Bebetero Toro y Bebetero Txele quedará en la memoria como la mayor gesta ciclista de este club… por lo menos. 

       

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