miércoles, 6 de agosto de 2014

POLIÉDRICOS

Crónica de la primera L´Eroica Ciclista Bebetera

            
               ¿Por dónde vais? ¿Por qué no contestáis a los what´s? Vamos en el tren. Ya imagino, pero ¿en qué tren? Pues en el de Coslada. Pero aquí en Chamartín no anuncian trenes de Coslada. ¿Cuál es el tren de Coslada? Pues no sé, uno que hemos cogido en Coslada. Ya, pero Coslada no es fin de nada, de hecho es el paso de todo. ¿He llegado con una hora de antelación y ahora voy a tener que correr para coger el tren? ¡Manda cojones! ¿Por qué vía estáis entrando? Pues no sé, por una de en medio. ¿por cuál de las diez vías de en medio?

            ¿Llevo todo? A ver… He cogido la mochila del armario y he metido una cámara y un kit de reparación de pinchazos por si acaso. Espera espera, vamos a hacerlo bien. ¿Cámara?: una fija y otra de repuesto. ¿Kit de reparación de pinchazos?: uno por si acaso. ¿Kit para el kit de reparación de pinchazos?: uno por si por si acaso. ¿Destornillador de estrella?: uno, lo mismo tengo que reparar un tendido eléctrico en Cercedilla. ¿Agua?: tres litros que la “camel” da para eso y más.

            Ya he leído los titulares y encabezados del periódico, la programación de la tele, la sección de cultura y la política exterior. Los horóscopos, el sudoku e isobaras de aquí y de allá. ¿Cuánto falta para llegar? ¡Qué tortura el trayecto hasta Cercedilla! Holanda contra España ya repasado, la dureza de la ruta ya analizada, el calor que no termina de llegar ya reseña… ¡GILIPOLLAS! No tendrá puertas para entrar al tren y tiene que elegir la única donde están apoyadas las bicis. Disculpe, ¿podría entrar por la otra puerta? Estas bicis no pueden estar aquí, y de paso me enseñáis vuestros billetes. No le puedo enseñar los billetes porque como suelte la bici le caen encima sin contemplación. Ya, pero tienen que colocarlas en otro sitio y enseñarme los billetes. Ya, pero es que si suelto la bici le entierro en una montaña de hierro y ruedas. ¿Es una amenaza? No es una amenaza, son hierros y ruedas.





         Madre mía ¿dónde me he metido? ¿Por qué me engañan para ser el guía de ciclistas a los que les deberían prohibir aventurarse fuera del carril bici? Sé que hoy no veré a mi querido cuádriceps uniéndose a mi sensual vasto interno. Ni hablar de mi gemelo abrazado al tibial posterior. Sé, mal que me pese, que hoy descarto divisar a mi sartorio palpitar bajo mi piel. De acuerdo, lo acepto. Es un placer del que me privo por acompañarles. Pero no, ni en el peor de mis sueños me imagino buscando cada dos por tres la sombra de un árbol para esperar a esos que no son exigentes con sus cuerpos. No me doblegaré a comer una barrita cuando no toca, ni a perder la concentración ante comentarios jocosos sobre las calorías que comeremos al llegar a Segovia. Por ahí no paso.  Sóleo, sóleo, ¿por qué me has abandonado? 

            A ver, ventajas de comprar una nueva bici: 1.- Tendré amortiguador delantero con el que conseguiré que mis brazos no se parezcan a los de Michael J. Fox bebiendo un “whisky on the rocks”. 2.- 30 marchas con las que podré hacer el molinillo cuando ya no pueda más y así Guate no me reventará. 3.- Jubilaré definitivamente el color moco verde de mi bici. Creo son motivos suficientes para invertir ahora. Quizá no sepa que haré mañana, si estaré en Canadá o en Lituania. Espera espera, ¿qué pinto yo allí? En Canadá hace frío y en Lituania no sé. En Canadá la gente es fría, en Lituania no sé. Aquí alubias allí salmón. Allí beef aquí jamón. Nada nada, yo de Madrid al Cielo. Guate, ¿cuánto puede costar una bici más o menos normalita? No sé Txele, mínimo 700 euros. Gracias Guatino… La verdad es que frío frío no hace en Canadá, quizá frescor. Algo bueno es que es un país verde, tan verde como mi Kona Lava Dome color Moco Acatarrado. ¿La gente fría?... Depende, y si lo son ya estoy yo para calentarlos. Que sueñito más tonto me está entrando… Mierda de lycras, no dejan nada a la imaginación.




           Hoy no es mi día. Lo noto. No he dormido bien, como muchos fritos, me encuentro cansado. Hoy no es mi día. Ya no soy el que era, desde luego que no. Ya no nado y así no hay quién monte en bici. Me mantengo delgado pero como muchos fritos y ya no nado nada. ¿Llevo bien infladas las ruedas? No sé, voy a ver. Es importante llevar bien infladas las ruedas. Bien, las tengo bien. Voy a comprobar todas las ruedas de las bicis. Si no comiese tantos fritos y sí más verdura seguro que rendiría más en el deporte. Porque antes yo era bueno. He corrido mucho, he hecho mucho deporte, desde siempre, pero ahora con la comida que como. No sé yo si estoy bien. Txele, llevas flojas las ruedas. Te las inflo. No, da igual, déjalo. No, coño que te las inflo. A ver, espera que lleguemos que se van a caer todas las bicis. Si no tardo nada. Tampoco es tan difícil hacerse unas verduras, o un plato de pasta. Es que los fritos me están matando y yo antes era un buen deportista. ¡Toro, las bicis, que las tiras! Pero claro, con la comida que como y encima no nado nada…


          Guate, ¿no me dijiste que íbamos a comer en un restaurante barato? Me he metido en la web y parece que nos van a atizar pero bien. Guate, yo sólo traigo 50 euros y no pago más. Que sí, que me han dicho que 20 euros por persona con asado. Guate, que he visto la web y parece caro, que 20 euros no te cobran ni en un Foster. Vamos a ver, yo creo que tampoco serán 20 euros, como mucho 30 o así. Guate, no pago más de 50 euros, avisado quedas. Vale, estoy avisado. Oye, ¿es muy dura la primera rampa? No, ocho minutitos de sufrimiento como mucho. ¿Tus ocho minutitos son como mis 30 euros, no? Sí, parecido.



            La verdad es que la etapa ha comenzado fuerte. Ha sido bajar del tren y empezar a subir. No encuentro una postura cómoda. El sillín se me está clavando. Esto no pinta bien. Siento como si me tirasen hacia abajo de los hombros. Voy a beber agua para refrescarme. Bueno, mejor no. Hay que guardarla por si hace falta más adelante. Tenía que haber metido una botella más. Como me quede corto, veremos…

            
                 A Toro le he reventado subiendo el puerto y a Txele le tengo a tiro. Vale, me voy a poner detrás y cuando suavice un poco la cuesta le hago una pasada y le dejo clavado. Vale, vale, tranquilo Guate, queda mucho puerto y te lo conoces. Sabes cuándo apretar y descolgarle. Venga, ponte a su lado, que vea que vas bien. Haz unos metros así. Guate, ¿Y Toro? Se ha quedado. ¡Vaya! Es que es duro el puerto... ¡Ahora, ya, aprieta fuerte! Vamos vamos que se está quedando. ¡Venga Txele, descuélgate, vas fundido! ¡Qué cabrón, cómo se agarra a mi rueda! Venga, más fuerte, más fuerte. ¡Pedalea sin mirar atrás! Tiene que reventar... Espera espera, ¿qué he escuchado? No, no puede ser. Me estoy equivocando ¿Lo he escuchado bien? Sí, claro que sí. Espera, asegúrate antes de cantar victoria. ¿El qué, Txele? “Joder, que vas dopado”. ¡Ay Txelito! que eres un paquete…

Mira qué curioso. Siento como chispas en el pene, que sensación más extraña. Es como si no tuviera nada y sólo supiese que está ahí por algún chispazo aislado. Bueno, es graciosa la sensación. ¿Será por la mochila? Nunca me había sucedido. La verdad es que voy fundido. Uf, los chispazos ya no son tan agradables. Ahora se parecen más a calambres. ¡Ay! Me voy a poner de pie a ver si se me pasa. ¡Ay, ay!  La tengo dormida, más que un suave despertar parece más una reanimación por electroshock. ¡Ay! Estoy reventado ¡Ay! Mierda de fritos…




            











     Chavales, lo duro ha pasado. Ahora sólo queda la bajada y listo. La bajada no la conozco, pero parece que hay alguna piedra suelta, así que con cuidado. Vamos parando por el camino para reagruparnos ¿de acuerdo? Txele, tómatelo con calma con esa bici.



¿Qué pinto en Canadá? ¿Qué se come en Canadá? ¿Hay algo aparte de osos y alces? De Madrid al cielo… Guate, ¿qué bici me recomendaste?

Acabo de ver un Ferrari en la puerta del restaurante y tías jóvenes y guapas con viejos pellejos. Yo sólo traigo 50€, ¿lo sabes, no?

            ¿Qué va a ser? Asado, champi y alubias para empezar. ¿Agua? No, gracias. Hemos traído. Toro, ¿nos sirves?



                      
                                                    Epílogo
                    
       
            Arranque de los Premios Bebeteros 2014

            Las caras en el tren de vuelta a Madrid ayudaron a determinar quiénes serían los premiados en los recién estrenados Premios Bebeteros 2014. Estos premios se otorgarán al finalizar cada jornada bebetera y por supuesto son totalmente subjetivos. Ha sido complicado determinar quiénes serían los afortunados para uno u otro premio, y a pesar de que varios miembros competían por el mismo galardón, la jornada puso a cada uno en su lugar despejando dudas. Los premios quedan de la siguiente manera:

          
       Premio Torreznillo 
   Premio que hace referencia a los torreznillos que Txele exigió de tapa y que nunca vió a pesar de su insistencia. Se otorgará a aquellos con buenas piernas en la jornada y que llegan antes a la cerveza y a la consiguiente tapa que en este día en concreto nunca catamos.

     Premio Torreznillo para Bebetero Borja por su labor de guía casi casi espiritual, por conseguir una jornada sin incidentes y calculada al milímetro.

           

Premio Pou Pou
            Premio que toma su nombre del mítico ciclista francés Raymond Poulidor, famoso por ser el eterno segundón en el Tour de Francia y al que cariñosamente se le conocía por el apodo de POU POU.

      Premio Pou Pou para Bebetero Txele por querer y no poder, destronado de su eterna tercera posición tuvo que doblegarse a lo que ese día fue una realidad: que no está bien y sobre todo que es muy difícil que lo vuelva a estar. Para la memoria colectiva quedará la sacada de punto que le provocó Bebetero Guate subiendo el Puerto de la Fuenfría. ¡Guate, vas dopado! ¡Ay, qué grande!



          
             Premio 22 - 34
            O lo que viene siendo “El molinillo veloz”. El nombre de este premio hace referencia al engranaje máximo a baja velocidad del que habitualmente se dispone y al que recurrimos todos cuando ya no hay piernas. Bebetero Toro afirma que su ya famosa pájara estuvo provocada porque no se encontraba bien, porque no había desayunado, por falta de sueño... El resto de Bebeteros insistimos que tiene que aclararse si quiere ser un ciclista o un sherpa de altura. Sus famosos 3 litros de agua de los que no bebió pero que porteó por toda la ruta le hundieron no sólo en el sillín con la correspondiente queja de su zona privada, sino también a la tierra de los caminos haciéndole que un paseo sin complicaciones le pareciese una travesía por el desierto. Este premio designa al peor de la jornada, al más apajarado, al que pide constantemente la hora, al del irremediable “¿falta mucho?”

      Premio 22 - 34 para Bebetero Toro por no saber que el agua está para beberla y no para cargarla. Para que los pinchazos “allá” le hagan ver de una vez la realidad que no es otra que cuando se va reventado se usa el plato pequeño y no pasa nada de nada.



            Premio Mister 60
            Este premio por supuesto no se otorga al madurito más interesante ni tiene cabezas coronadas ni desfiles en traje de baño por Marina D´Or. Mister 60 no era otro que el gran Bjarne Riis y así se le conocía en el pelotón por su porcentaje de hematocrito. Con un 60% fue el más fuerte subiendo puertos y la gran sorpresa de ese Tour del 96 al vencer por primera vez a Miguel Indurain. En nuestro club este premio lo recibe ese miembro sorpresa de la jornada, el que parecía que no pero luego fue que sí, el que deja atrás a sus rivales directos o el que marca un ritmo frenético para sorpresa del resto.

Premio Mister 60 a Bebetero Guate porque, a pesar de que en algunos momentos sufrió como todos, la trepada al Puerto de la Fuenfría reventando a Bebetero Toro y Bebetero Txele quedará en la memoria como la mayor gesta ciclista de este club… por lo menos. 

       

viernes, 6 de junio de 2014

¿QUIÉN ANDA AHÍ?



      Pues como si de una obra de teatro se tratase, aquí tenemos a los personajes de esta película. Cada cual en su papel y desarrollando el rol asignado, hacen que la historia crezca con cada temporada de pedal. Aquí no hay protagonistas, tampoco secundarios ni es un reparto cerrado. Cualquiera está invitado a pertenecer a esta historia inabarcable con muchos antecedentes irrecuperables, pero con devenir imprevisto lleno de sensaciones y buenos momentos. Señores, pasen y vean. La función va a comenzar.   


                Borja

            Sólo hay que ver sus gemelos para saber que es el miembro más fuerte del club. No es explosivo aunque tiene fuerza para serlo. No se complica en las rutas, aunque más de uno le hemos visto despeñarse por caminos donde las cabras dicen: “mejor por aquí no”. Pone cordura frente a los desatinos de planificación de otros miembros y de haber avería, con mirar con cara de sospecha a la bici la cosa se soluciona. Pero sin duda el terreno donde mejor se desenvuelve no es en sendas que piquen hacia arriba ni en trialeras técnicas de yelmo, cota y espaldar. No, su terreno no es otro que entre cacerolas, sartenes y cuchillos y es que aquí donde le veis con tanto músculo por todos los sitios y pose de bombero torero es un amante del buen guisar o lo que comúnmente se conoce como “un cocinillas”. Ojo, eso no significa que cocine bien, desde luego que no, pero es resultón y sobre todo es el único que llega entero de la ruta. Así, mientras el resto tratamos de recuperar el aliento, él ya está dispuesto para la juliana.




            Miembro destacado del club, nuestro particular GPS y referente en salud y bienestar para el grupo (de un tiempo a esta parte se ha vuelto loco y después de la comilona de turno se pide un licor de manzana cuando antes el poleo menta campaba a sus anchas. ¡Loco, loco se nos ha vuelto!


                                        Posición: Tête de la Course










            Jimmy


           Quizá el miembro con más fuerza de espíritu, no tanta en las piernas. El resto de ciclistas se echarán las manos a la cabeza al leer semejante afirmación, pero es así. Jimmy es el ciclista con el coco más fuerte del grupo, sino ¿cómo se explica que siga viniendo a las quedadas cuando se retuerce tanto cuesta arriba? Ya le puedes ver dando chepazos de desesperación, con el casco más gorra de chulapo que elemento protector de tanto cabeceo aquí y allá, que hasta que no supera la cuesta no pone pie a tierra. Incluso cuando el otro miembro ramplón del esfuerzo decide bajar, él aguanta a pesar de que ambos, caminante y ciclista, van a la par.

            Destacar que es miembro imprescindible del grupo porque obliga a humanizar las rutas propuestas por los pulmones, porque siempre está dispuesto a alargar las mesas sobre horas de charla y licor y porque en los viajes anuales otorga el mismo valor a la ruta ciclista mañanera que a la merienda/cena de “todo lo que pongas, todo me lo como”. En definitiva un hombre reinventado, un hombre reinventándose, un gran hombre sin más.


Posición: Arrière du Peloton







            Fali



      Complicado encuadrar a este miembro en un determinado grupo dentro del Club. Nunca ha sido Tête de la Course porque aunque tiene buena genética, la vida familiar no perdona y las piernas no son las mismas. Tampoco es Arrière du Peloton porque cuando se retrasa hasta esta posición es para hacer fotos y no por falta de pulmón. Tampoco es Peloton porque hay días que bien y otros que mal. Así que digamos que está en todos los grupos y a la vez en ninguno.

      Lo que sí es una evidencia es que es nuestra particular asistencia en carretera y el reporterismo gráfico personificado. Si te caes lleva algo para curar la herida y de paso hace una foto. Si pinchas una rueda, ahí está para ayudar y de paso hace otra foto. Si el camino se atraganta sólo tienes que levantar la vista para ver un puntito a lo lejos que será la referencia necesaria para salvar la cuesta. Acercándote sabrás que ese punto no es otro que Fali cámara en mano dispuesto a inmortalizar el sufrimiento. Sonrisa falsa, gesto de victoria con la mano y de nuevo cabizbajo y a sufrir. Es el ciclista más equilibrado porque no despunta en físico pero va bien. Su cabeza también bien, equilibrada porque asume su lugar en el pelotón sin complejos. Ciclista centrado más en el disfrute que en el objetivo, desde luego hacia donde tendemos todos y sino tiempo al tiempo.


           Posición: Peloton



            Marta

            Por méritos propios nuestra única miembro se ha convertido en una especialista del “derramaje”. No no, esto no significa que tenga potencial para romper el ritmo a lo Pantani o Chava, de hecho su estilo es completamente diferente, más cercano al ciclista diésel. Su apodo le viene dado porque a la “muchacha” en uno de nuestros viajes le dio por ser innovadora y abrir nuevos senderos por los que transitar. Optó por explorar allí donde había ramas y maleza; árboles, arbustos y pinchos por doquier. Está bien, no pasa nada. Los espíritus emprendedores siempre son bien recibidos en el Club Ciclista. El problema viene cuando lo haces dando vueltas de campana y con la bici persiguiéndote por detrás. Nos puso el corazón en el bidón y el agua se nos atragantó al ver que en un camino sin exigencia cayó ladera abajo con tan buena suerte que las ramas frenaron la caída unos metros más abajo. Nuestro bombero al rescate y fin del susto.



            Fuera del anecdotario es una ciclista amante del deporte, de la aventura sin más y por qué no, del buen comer (cuenta las calorías, por eso luce el tipín que luce). Pertenece al “Arrière du Peloton” sin dudarlo por mucho que ella lo niegue. En físico menos porque suele pedalear en la zona media y a ritmo. Pero de espíritu, lo que se dice de espíritu, es “Arrière du Peloton” de todas todas: si hace frío de repente está mala, si hace calor entonces se encuentra “así así”, si la etapa es "durilla", seguro habrá pasado mala noche. Al final siempre termina uniéndose a la ruta pero cuando no se le encuentra sentido al sufrimiento por el sufrimiento, entonces perteneces al Arrière, y ella es miembro de pleno derecho.


Posición: Pelotón


           Guate


            Es el más ciclista de todos sentado en una silla. Cuando se toma una cerveza sube los puertos como si no llevase cadena. Sabe de todo pero practica de menos. En definitiva, un ciclista típico de sofá e internet. Pertenece al “Arrière du Peloton” sin dudarlo y se encuentra cómodo en esa posición. Critica a los que van sobrados y no duda en aprovechar un mal día de cualquiera para hundirle más en el sufrimiento. La técnica para conseguirlo es sencilla: colocarse al lado del que sufre, jadear como si fueras al límite, comentar al otro que hoy está siendo duro, preguntarle con extrañeza ¿qué es eso que suena? y cuando te responda que él no escucha nada, bajar la cadena un piñón con su característico clac y acelerar. Txele ha sucumbido al pique y llenándose de amor propio le alcanzó en un repecho cuando no daba más. Marta hizo trampas en la Pedriza al prevenirle que lo peor estaba por llegar y se hundió. Con Paco disfrutó en la ruta de Patones al ver como no podía y él le marcaba el ritmo… a Paco, lo nunca visto. Con Borja lo ha intentado, pero ahí está él para desenganchar un pie mientras te dice: ¡Vamos Guate, aquí deberías poder con una sola pierna!
         Ciclista glotón en todos los sentidos, siempre dispuesto a llenar su cabeza con imágenes que perduren porque al final siempre te dan la razón.

        Posición: Arrière du Peloton           



            Txele



            Es un ciclista equilibrado. No baja bien, pero tampoco mal. No sube bien, pero tampoco mal. Su estilo no es clásico ni contemporáneo, digamos que no está depurado: se levanta en las cuestas para sentarse al tercer golpe de pedal y no por falta de físico. Baja con más cara de velocidad que velocidad propiamente dicha y si a todo esto sumamos que su bici ya estaba en los escaparates cuando Induráin ganó su primer Tour, la imagen que termina proyectando es un tanto paleolítica. Acaba de adquirir una equipación del extinto Euskaltel y la cosa ha mejorado algo, pero tampoco mucho y es que ¿qué se puede esperar de alguien que acude a una ruta con un casco-obsequio de una revista de btt noventera? Pues eso…
            Pero no me quemo si digo que es imprescindible en cualquier ruta que se plantee. En primer lugar porque al pedalear alejado de la “Tête de la Course” pero sin perderles de vista, los “Arrière du Peloton” jamás pierden contacto visual con el grupo por lo que nunca hay extravíos. También es un miembro que pelea sin parar… Pelea para que el camarero… “echa un poco más de ron, piratilla…”, pelea para que… “disculpa: ¿a qué saben las patatas bravas? Es que el sabor de los cacahuetes ya me lo sé”, pelea para que… “Pero chica, ¿te vas a ir ya? Estaba a punto de decirte tres tonterías…”.
            Promete adquirir una nueva máquina que acerque las distancias. Por supuesto el “Arrière du Peloton” teme ese día. Y es que de un agradable pedalear sabiendo que se va por el camino correcto…

      
                     Posición: Peloton





              Toro

            Es el miembro más obsesivo del pelotón, obsesiones de todos los tipos: de las buenas y de las malas. Es el veterano del grupo y como tal presume de ello cuando baja de la bici y la memoria viene a visitarle. El único "pero" es que encima de ella pretende ser el más joven y además no escatima en demostrarlo. Perfecto, está bien... ¿Donde está el problema? Pues que los miembros más fuertes no superan la cuarentena y por mucha fuerza mental que se tenga el cuerpo es el cuerpo y el músculo es el músculo. A pesar de todo es alguien que poco a poco comienza a relativizar la vida y es que no hay nada más efectivo que juntarse con ciclistas que comienzan la jornada con algo de pereza, que alcanzan su cima de rendimiento cuando paran a tomar la barrita y que al reanudar la marcha siempre preguntan al ala dura del club: “¿¡Papa, cuándo llegamos!?

 
            Es el ciclista creativo del grupo, el que ha diseñado nuestras equipaciones y el que siempre estará para dar más pedales y pedales.


        Posición: Peloton









             Paco

            Desde luego es nuestro miembro sorpresa. Al verle piensas: ¿¡dónde va éste con un cullote tan dado de sí que parece el calzoncillo de un casado de larga duración!? Mira que hay ciclistas que se depilan las piernas para parecer lo que no son, pero ¿por qué él quiere parecer tan poco? Estamos convencidos que si le quitamos el maillot y le ponemos una camiseta de algodón con el naranjito, perfectamente puede pasar por un Pajares en los 80 pedaleando en busca de nórdicas por los senderos mediterráneos. “¡Ay madre mía, qué altas y qué rubias todas! ¡Mira cuántas piernas juntas a la vez…!” En fin…

            Pero nada más lejos de la realidad. Desde fuera puede parecer una cosa, pero desde dentro es otra completamente distinta y es que es un portento físico. Su cuerpo está preparado para soportar las rampas más duras, las temperaturas más extremas, los senderos más complicados… Eso sí, siempre hacia arriba porque para abajo, lo que se dice “para abajo”… no es buenillo el chaval. En cualquier terreno quebrado él dice ¡uf!, si la senda es revirada él murmura ¡ays! Si alguien le pide paso y de tan concentrado no puede apartarse, él grita ¡eei! Su postura anticipa un golpe que nunca llega. De hecho lleva los ojillos medio cerrados no porque le moleste el viento sino porque de haber caída, la cara ya la tiene preparada. Un miembro indispensable por su gusto por el paisaje, por su buen comer y porque jamás dirá que no a unas copillas nocturnas en cualquier pueblo de montaña.


Posición: Tête de la Course  

miércoles, 16 de abril de 2014

LOS INICIOS DE TODO

      

        Tú, amigo lector, si te has detenido en esta pestaña buscando información sobre un Club Ciclista con pasado glorioso, de inicios en blanco y negro, con miembros que recuerden el ciclismo de antaño y gestas de rutas ciclistas con kilómetros sin final, te has equivocado de pestaña. Podría decirte que quizá en la pestaña de al lado encuentres eso, pero creo que tampoco. Y eso no quiere decir que no tengamos pasado glorioso, que lo tenemos. Y si no que se lo digan al restaurante que nos descubrió un miembro del Club en nuestra escapada al Valle de Tena: todo lo que hubo, todo se comió. ¡Y qué bien nos supo, oiga! También una cena cocinada en Soria por nuestro miembro más fuerte. Te diré que le dolió tanto el hachazo que nos pegaron por dos patatas bravas y tres rabas mal fritas que ni corto ni perezoso nos cocinó un solomillito de cerdo con arroz todo bien presentado. Y de postre: torrijas. Si esto no es un pasado glorioso que venga cualquiera de esos misiles en bicicleta a los que estorbamos por los caminos y nos lo diga. Y para muestra un botón: aquí tenemos al afrentado ciclista practicando un "all by myself", como en la canción.








            Nuestro pasado tampoco es en blanco y negro, desde luego que no. Somos demasiado jóvenes para eso. Pero si hay un color que caracteriza nuestros inicios (y nuestros medios y finales también…) son aquellos que tienden al amarronado. Este tono no tiene nada que ver con lo añejo del recuerdo ni con fotos en sepia, nada de eso. Esta tonalidad está directamente relacionada con el color de la materia que todos tenemos en mente y que pensamos en ella cuando el terreno se complica. Tenemos básicamente de dos tipos: aquellos que se hacen aquello cuando el terreno pica hacia abajo pero que suben como los ángeles. Y aquellos que bajan como los ángeles pero que se hacen aquello cuando el terreno sube al cielo y encima sin ángeles. Aquí tenemos para todos los gustos.





            Nadie, y digo nadie pertenece al ciclismo de antaño. Todos somos relativamente jóvenes, modernos, informados sobre las últimas tecnologías aplicadas a este deporte… De hecho si alguien recuerda a ese ciclismo no es por dejadez o cerrazón sino porque se acogen libremente a la corrienteVintage tan de moda últimamente. Sin ir más lejos en nuestro Club se fusionan tan a la perfección pasado y presente que podemos ver las últimas bicicletas 29er avanzando junto con laSúper Kona Lava Dome color moco acatarrado que cabalgara y cortara el viento allá por los 90. En este apartado no podemos dejar de mencionar a ese miembro cuyo alias es“le grimpeur” y que, al igual que el Lute, o camina o revienta y así puede ir completamente fundido subiendo un puerto, dando chepazos de desesperación, que el tío no saca el plato mediano ni aunque le corten las piernas. ¡Qué le vamos a hacer! El chaval se crió viendo a los Pericos y Fignones por la tele.




   Pues más o menos este es nuestro maravilloso Club: un grupo de amigos que con el lema "piano piano, si va lontano" han conseguido acumular kilómetros de tiempo donde la bicicleta es la mejor de las excusas para estar una vez más porque ellos son hace mucho tiempo. Donde la charla en paralelo es la mejor de las tertulias y el paisaje el escenario de todos los aprendizajes. Un Club sin prisas porque aquí la vida no la tiene permitiéndote mirar, mirar cuanto quieras y el tiempo que quieras.

            

  ¡Y qué vengan muchos kilómetros más!